La selección mayor masculina dominicana logró clasificar por primera vez en la historia a la Copa Oro de la Concacaf, y moverse a la Liga A de la Liga de Naciones de Concacaf. Este es otro de los grandes logros de nuestras selecciones en los últimos 2 años como lo fueron este la clasificación de la mayor femenina la W Golden Cup en 2024, la clasificación a los Juegos Olímpicos París 2024, y a la Copa Mundial Masculina Sub20 2023.
Si vemos estos logros se podría decir que el fútbol dominicano avanza, al menos es lo que el fanático podría pensar e inclusive los que ven el fútbol desde fuera. Pues es que hay una verdad inexcusable, las selecciones y sus resultados son los que ganan portadas en especial en un país donde el fútbol no está acostumbrado a recibir mucha atención mediática. Si las selecciones logran buenos resultados, la buena prensa llegará y con eso la opinión generalizada de que estamos yendo hacia adelante.

Esto se combina con la estrategia del actual comité ejecutivo de no hablar abiertamente de sus problemas evitando confrontación directa con el comite saliente. Fuera de algunas palabras sueltas, nunca han querido pronunciarse abiertamente sobre la dura situación económica por la cual atravesaron este año. Lo único que han hicieron es filtrar de forma extraoficial algunos datos a la prensa, para tratar de construir una imagen de que tienen las manos atadas (por un exceso de gastos en el primer cuatrimestre). De hecho, se maneja como rumor de que viene un recorte de parte de FIFA para el dinero que entregará el año por ciertas condiciones. Tampoco se quiso hablar mucho de los problemas internos, como la salida de Isidro Alejo como director de desarrollo, y las razones de su despido.
Esta estrategia de comunicación digamos que funcionó. Porque en la prensa de forma abierta no se debatieron los problemas y solo se mostraron los logros de las selecciones. La imagen de la federación fue salvada por la clasificación a la Copa Oro y el ascenso a la Liga A.
Pero a pesar de ignorarlos, los problemas siguen ahí. Por un lado, la falta de recursos que afecta la celebración de los torneos de categorías inferiores. También esto es la causa raíz de que algunas selecciones nacionales fueran dejadas de lado, no enviándolas a torneos (CFU Challenge U14 Niños), negándoles amistosos (selección mayor femenina), y hasta ofreciéndole una preparación deficiente para un evento importante (la Sub17 Femenina).
De este listado el abandono de la selección femenina es la mejor ejemplificación de que pasa con los logros de nuestro fútbol. Clasificaron por primera vez a una competencia de Concacaf, como lo es la W Golden Cup, pero desde febrero la selección no hace nada y sufre el más increíble abandono. ¿De que sirvió el logro de llegar tan lejos si al final las cosas han ido a peor?

A todo esto, se suma el problema estructural de la federación que se arrastra desde la época de la Comisión Normalizadora. Estos son el estatus legal de las asociaciones, los comités ejecutivos de asociaciones que tienen su mandato expirado, y el estatus de clubes que las integran para descartar a los clubes fantasmas. Este problema es inclusive más grave que la falta de recursos, porque amenaza la institucionalidad de la federación, recordemos los problemas que se vivieron para la organización de las pasadas elecciones, y los que podemos tener más adelante para la celebración de las asambleas.
Organizar las asociaciones y sus clubes, para luego crear una estructura de competencias basadas en los mismos, será un trabajo duro, pero es seguro que si lo consiguen allanará el camino para que vengan más hitos de nuestras selecciones en el futuro. Este debe ser el legado de este comité ejecutivo para el fútbol dominicano, fomentar la institucionalidad, la transparencia y crea una estructura que dinamice el desarrollo del deporte.




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